Torres, Reyes y Memes José Antonio Marín Díaz
He aquí una reflexión que me hice hace algún tiempo:
Si la característica principal del arte postmoderno -el arte
producido tras el fin del arte moderno- es la de su economicidad a la hora de
mostrar las asociaciones ligadas al objeto artístico, es decir, la de sintetizar
y facilitar al máximo aquello que quiere expresar, se ha de convenir que el meme, como forma de expresión cultural,
es por derecho propio, la más gloriosa manifestación de esa forma de concebir
el arte.
Piénsese en la cantidad de ahorro psíquico que se produce en
nosotros al observar un meme publicado en cualquier página web. Con tan sólo observar
una imagen determinada, podemos asociar cualquier emoción o idea relacionada
con el motivo principal de esa imagen. Es verdad que el artista “serio” actual
utiliza ciertos medios y mensajes para buscar la reacción, la provocación y la
alteración emocional del espectador, pero también es cierto que en muchos
casos, tras esa primera reacción, el pretendido mensaje de la obra se diluye y no
queda en el espectador más que el vacio intelectual (y paradójicamente, también
emocional) que produce el consumo masivo de imágenes, de mensajes y de
información, y que tienen una infinita
capacidad de anestesiarnos para no acceder a lo real.
Pues bien, como decía, si esto es lo que busca el artista en
la actualidad, qué decir de los memes: qué decir de una expresión que logra en
un pantallazo de ordenador sintetizar cientos de ideas, que nos provoca, que
nos incita, que nos hace reír, que nos hace enfadar, que es además visto por miles,
o quizá millones de espectadores… sólo se puede decir una cosa: que esto es
algo así como el sueño delirante de Andy Warhol. Una suerte de consumo de “cuadros”
repetidos hasta la saciedad, utilizando el concepto de apropiación una y otra
vez, asociando a una misma imagen cientos de ideas, que a la vez no son ideas
propias, sino ideas de consumo, repitiendo este proceso hasta el infinito.
Curiosamente, ayer pude ver en un programa de televisión
llamado “Torres y Reyes”, una interesante tertulia que versaba sobre el papel
que juegan a día de hoy las redes sociales en internet, sobre su capacidad o
incapacidad de generar conciencia y movilizar a elementos populares y sociales
en los diferentes contextos nacionales. En el programa descubrí con sorpresa
que una de las tertulianas, la periodista Delia Rodríguez, había escrito un
libro llamado Memecracia, en el cual
abordaba la cuestión de los memes como una serie de elementos virales que
circulan por la red y que, en sentido fuerte, poseen la capacidad de gobernar
nuestras propias ideas. He buscado información sobre el libro, y he descubierto
que en el prólogo la autora deja escrito lo siguiente:
"La era de la información resultó ser la era de la emoción y el contagio descontrolado de ideas. Además de los medios, publicistas, empresas, políticos, famosos o activistas luchas por sembrar sus memes (ideas contagiosas) porque conseguir un éxito viral es hoy la única forma de alzar la voz en el ruido informativo global. A esta situación la he llamado «Memecracia»".
Y así es, lo que la escritora dice en su investigación consigue sorprenderme, no sólo por el contenido de su reflexión, sino porque ésta ha sido pensada y analizada paralelamente a mi inocente reflexión sobre los memes, logrando coincidir en muchos aspectos. Quizá podríamos disentir sobre la finalidad que persiguen estos memes, o en la posibilidad de llevar a término tal finalidad, pero por lo demás coincido en la visión que aporta Delia Rodriguez (Por cierto, redactora jefe en el Huffington Post): El meme es una herramienta; son ideas que se contagian, que nos apropiamos y que nos sirven para dar un "primer paso" hacia la emancipación respecto a un poder dominante en todos los sentidos. No pretendamos buscarle mayor utilidad y significación. No sevirá, desde luego, para "descorrer" el velo que separa la realidad de Lo Real, no nos hará más inteligentes o nos impelerá a actuar ante las injusticias, pues eso sólo puede conseguirlo el propio sujeto, a través de su propia conciencia, de su propio hacerse y renovarse, através de su capacidad de pensar y su propio interés por ser más inteligente y responsable socialmente. El meme es un medio para transmitir ideas y para asociarlas, lo que de estas ideas hagamos nosotros es plenamente nuestra responsabilidad.
Por supuesto existen innumerables peligros en este medio de expresión, desde una saturación de información, con su efecto paralizante y anestesiante, hasta la apropiación de ideas ajenas, con el peligro de que alguien posea la capacidad intelectual y tecnológica suficiente para manipular a toda una sociedad a través de mensajes cuidadosamente elaborados.
Para finalizar quiero poner un ejemplo de estas virtudes y peligros que conlleva el uso de memes en la red:
Por un lado, como he comentado arriba, yo he sido capaz de llegar a una cierta conclusión acerca de una reflexión personal sobre lo dicho, por otro lado, una periodista lleva años investigando acerca de esta cuestión.
Por tanto, teniendo en cuenta que nos hemos acercado a unas conclusiones similares, podría pensarse que esas ideas que he "parido" no son mías (o no exclusivamente mías), sino que puede que me haya apropiado de ciertas ideas ya elaboradas por otros. Si esto es así, estas ideas me han permitido llegar a una determinada conclusión, pero el mérito de haber concebido tal reflexión, en términos absolutos, no sería mio.
En cambio, la tesis de Delia Rodriguez es mucho más confiable, por cuanto que le ha llevado años de estudio e investigación . Sin embargo, ¿cómo podemos disociar de este estudio el hecho de que esas ideas hayan podido ser apropiadas, en último témino, por parte de la autora? En ningún caso hablo de plagio, sino de que sus propias ideas y conclusiones puedan estar influenciadas, como en mi caso, por otras ciertas ideas pensadas y escritas por otros.
En cualquier caso, debemos ser conscientes que internet en general, y los memes en particular, son una simple herramienta, y tal y como sucede con las herramientas, son mejores o peores en función de quien las maneja. Si queremos que nos ayuden a realizar una finalidad concreta, debemos aprender a manejarlas con destreza. Pero no podemos olvidarnos que lo que nos atañe a nosotros, como personas, es la sabiduría y la moral, de ello depende en gran medida el uso que hagamos de los medios que tenemos a nuestro alcance.
"La era de la información resultó ser la era de la emoción y el contagio descontrolado de ideas. Además de los medios, publicistas, empresas, políticos, famosos o activistas luchas por sembrar sus memes (ideas contagiosas) porque conseguir un éxito viral es hoy la única forma de alzar la voz en el ruido informativo global. A esta situación la he llamado «Memecracia»".
Y así es, lo que la escritora dice en su investigación consigue sorprenderme, no sólo por el contenido de su reflexión, sino porque ésta ha sido pensada y analizada paralelamente a mi inocente reflexión sobre los memes, logrando coincidir en muchos aspectos. Quizá podríamos disentir sobre la finalidad que persiguen estos memes, o en la posibilidad de llevar a término tal finalidad, pero por lo demás coincido en la visión que aporta Delia Rodriguez (Por cierto, redactora jefe en el Huffington Post): El meme es una herramienta; son ideas que se contagian, que nos apropiamos y que nos sirven para dar un "primer paso" hacia la emancipación respecto a un poder dominante en todos los sentidos. No pretendamos buscarle mayor utilidad y significación. No sevirá, desde luego, para "descorrer" el velo que separa la realidad de Lo Real, no nos hará más inteligentes o nos impelerá a actuar ante las injusticias, pues eso sólo puede conseguirlo el propio sujeto, a través de su propia conciencia, de su propio hacerse y renovarse, através de su capacidad de pensar y su propio interés por ser más inteligente y responsable socialmente. El meme es un medio para transmitir ideas y para asociarlas, lo que de estas ideas hagamos nosotros es plenamente nuestra responsabilidad.
Por supuesto existen innumerables peligros en este medio de expresión, desde una saturación de información, con su efecto paralizante y anestesiante, hasta la apropiación de ideas ajenas, con el peligro de que alguien posea la capacidad intelectual y tecnológica suficiente para manipular a toda una sociedad a través de mensajes cuidadosamente elaborados.
Para finalizar quiero poner un ejemplo de estas virtudes y peligros que conlleva el uso de memes en la red:
Por un lado, como he comentado arriba, yo he sido capaz de llegar a una cierta conclusión acerca de una reflexión personal sobre lo dicho, por otro lado, una periodista lleva años investigando acerca de esta cuestión.
Por tanto, teniendo en cuenta que nos hemos acercado a unas conclusiones similares, podría pensarse que esas ideas que he "parido" no son mías (o no exclusivamente mías), sino que puede que me haya apropiado de ciertas ideas ya elaboradas por otros. Si esto es así, estas ideas me han permitido llegar a una determinada conclusión, pero el mérito de haber concebido tal reflexión, en términos absolutos, no sería mio.
En cambio, la tesis de Delia Rodriguez es mucho más confiable, por cuanto que le ha llevado años de estudio e investigación . Sin embargo, ¿cómo podemos disociar de este estudio el hecho de que esas ideas hayan podido ser apropiadas, en último témino, por parte de la autora? En ningún caso hablo de plagio, sino de que sus propias ideas y conclusiones puedan estar influenciadas, como en mi caso, por otras ciertas ideas pensadas y escritas por otros.
En cualquier caso, debemos ser conscientes que internet en general, y los memes en particular, son una simple herramienta, y tal y como sucede con las herramientas, son mejores o peores en función de quien las maneja. Si queremos que nos ayuden a realizar una finalidad concreta, debemos aprender a manejarlas con destreza. Pero no podemos olvidarnos que lo que nos atañe a nosotros, como personas, es la sabiduría y la moral, de ello depende en gran medida el uso que hagamos de los medios que tenemos a nuestro alcance.
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